La Memoria del Laúd

La historia del laúd es larga, extensa e intensa. Usando un lenguaje preciso
debemos hablar de “laúdes” solamente a partir de la aparición y desarrollo
en territorio árabe de un instrumento llamado al-‘ud, probable aclimatación
del barbat o mizhar persa, en los siglos VII y VIII. De fechas anteriores conocemos
imágenes en Asia (Pakistán, India, China…) e, incluso, en Europa que
son interesantes precedentes, pero no propiamente “laúdes”. En su expansión
por Oriente Medio y norte de África los pueblos árabes trajeron consigo
el ‘ud hasta las penínsulas itálica e ibérica, desde donde el instrumento
se difundió por toda Europa. De este modo el laúd llegaría a ser el “rey de
los instrumentos” en las regiones ribereñas del Mediterráneo. El papel de
al-Ándalus en esta fase de la historia del laúd fue muy importante, pero, por
extraño que pueda parecer hoy, a la vuelta de unos pocos siglos los habitantes
de los reinos cristianos ibéricos habían perdido totalmente la conciencia
de la relación intrínseca del laúd con la cultura árabe. Tanto es así, que
algunos sabios buscaban inútilmente en el griego, el latín –la época clásica
estaba de moda– y hasta en la lengua germánica de los godos la posible
etimología del término “laúd”, sin percibir lo que tenían más al alcance de
sus ojos. Notable caso de amnesia o ceguera generalizada.
En la cultura musical de los pueblos ibéricos el reinado del laúd fue más
efímero que en otros países, porque aquí surgieron dos competidores poderosos
que ocuparon su trono: la vihuela y, sobre todo, la guitarra. Por
eso suena casi a justicia histórica que una institución dedicada por entero
a la guitarra abra un paréntesis en sus actividades para recuperar algo de
la perdida memoria del laúd. Si hace tiempo guitarra y laúd pudieron verse
como competidores disputándose una parcela del campo musical, hoy
los tiempos han cambiado y de ello es buena muestra esta exposición. Los
últimos decenios han conocido en todo el mundo una recuperación del riquísimo
patrimonio musical laudístico a todos los niveles, por lo que resulta
muy oportuno este momento para volver la mirada a los lejanos orígenes de
hace mil años y recuperar algo de una memoria que nunca debió perderse.

Entrada libre hasta completar aforo