Los Refugios Antiaéreos

Los Refugios Antiaéreos

Almería ha recuperado recientemente parte de su memoria histórica durante la sangrienta Guerra Civil: los refugios antibombardeo excavados en el subsuelo. Entre octubre de 1936 y la primavera de 1938 se construyó en la ciudad una red de galerías subterráneas de 4.5km de longitud que debía proteger a los 40.000 almerienses del momento a 9 metros de profundidad, cuyo eje principal es el Paseo de Almería.

En noviembre de 1939, tras la victoria franquista, se encargó al arquitecto municipal Guillermo Langle, el mismo que diseñó los refugios, el proyecto de una serie de Kioscos para adornar las entradas. Antes las bocas de acceso eran unos simples huecos excavados en el suelo con un pequeño muro de protección, pero posteriormente se embellece el acceso a las entradas más céntricas y se mantienen practicables en caso de necesidad ante una posible y próxima contienda mundial.

A finales de los años cuarenta los accesos a los refugios se clausuraron de manera definitiva por motivos higiénicos, pues aquellos agujeros en el suelo carecían de cualquier utilidad y  constituían un espectáculo lamentable en la vía urbana.

Los refugios permanecieron más de 50 años olvidados pero en 2001, durante unas obras en la Rambla Obispo Orberá se encontró el sistema de galerías. Actualmente es posible visitar los refugios, los más grandes conservados en Europa abiertos al público, y que desde 2013 forman parte de la red de Lugares de Memoria Histórica de la Junta de Andalucía.

Visita los Refugios.

Bibliografía:

Almería de Bolsillo.
Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte. La ciudad de Almería.

Los refugios más grandes de Europa abiertos al público

Historia

La Guerra Civil Española (1936-1939) marcó profundamente la historia de todo el país, y aunque Almería no vivió directamente la contienda (fue la última ciudad del gobierno de la II República), sufrió los efectos de ataques por aire y por mar: 52 bombardeos que persiguieron objetivos militares, estratégicos e incluso civiles.

En este contexto bélico, los ciudadanos almerienses emprendieron la construcción de refugios subterráneos y colaboraron activamente en su ejecución para protegerse de las bombas en caso de alarma.

El proyecto de los refugios fue redactado por el arquitecto municipal Guillermo Langle en colaboración con los ingenieros José Fornieles y Carlos Fernández. La construcción se prolongó desde octubre de 1936 hasta la primavera de 1938. Se compone de una galería principal trazada según el eje del Paseo y una serie de galerías dispersas por los barrios periféricos.

Bibliografía:

Almería de Bolsillo.
Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte. La ciudad de Almería.

Construcción

Los refugios constan de 4.5km de galerías subterráneas a 9 metros de profundidad con 67 accesos para albergar a 34.144 personas (en aquella época la población de Almería rondaba los 50.000 habitantes). El resto de los almerienses se guarnecían en los refugios naturales de los depósitos de mineral de hierro de la Compañía Andaluza de Minas y en las cuevas de la Chanca.

Fuente. Culturaandalucia.com

El sistema constructivo aprovechaba el suelo almeriense de lastrón, un conglomerado de cemento calizo de gran resistencia y óptimo para la excavación sin peligro de galerías subterráneas. La bóveda de los refugios se construía mediante una cercha de madera de arco rebajado levantado sobre el encofrado de la pared; todo ello permitía crear una fuerte estructura de hormigón armado.

Cada boca o acceso desde el exterior conduce al refugio interior a través de un doble tramo de escaleras, y en la entrada al túnel propiamente dicho dos paramentos de hormigón crean un recodo que protege de posibles ondas expansivas en caso de impactos de obuses en la misma boca.

Langle pensó en todo. En la ventilación con tubos de uralita de 100 milímetros de diámetro ubicados junto a las bocas y que resistieran el lanzamiento de granadas de mano; en la colocación de entrantes y salientes que evitaran las avalanchas, y a su vez, hicieran de pantalla en caso de que estallasen granadas; en dos hilos de cobre para alimentar las bombillas que iluminaban los refugios; en una despensa que almacenase víveres en caso de necesidad; y hasta en la instalación de un quirófano para atender a los heridos.

Bibliografía.

Almería de Bolsillo.
Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte. La ciudad de Almería.

El Gran Bombardeo

No obstante, antes de concluir los refugios, aconteció en Almería el mayor de los bombardeos que recibió la ciudad, el del 31 de mayo de 1937 a cargo de la escuadra alemana, con un alcance de 40 muertos, 150 heridos y unos 200 edificios destruidos. El ataque se realizó en represalia por un error de la aviación republicana al bombardear un barco alemán en Ibiza, que convirtió a Almería en una víctima inocente y que pudo adelantar la Segunda Guerra Mundial.

Almería se convirtió en un auténtico “Guernica”, pero lamentablemente sin ningún tipo de rehabilitación histórica o política posterior.

Bibliografía.

Almería de Bolsillo.
Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte. La cuidad de Almería.

Los Quioscos

Una vez que la guerra termina, las bocas de accesos son cegadas con una serie de quioscos racionalistas, diseñados por Guillermo Langle, que pasan a formar parte del mobiliario urbano de la ciudad.

Esos quioscos mostraban el lenguaje racionalista de la época republicana y unía la funcionalidad del acceso a un refugio subterráneo convertido en quiosco, con la sencilla belleza de un equipamiento urbano: pilar intermedio de ladrillo visto, amplia marquesina volada (útil para defender el mostrador del ardiente sol mediterráneo), horizontalidad general y mirador semicircular saliente.

La transcendencia de este proyecto es aún mayor porque es uno de los escasos ejemplos de expresionismo arquitectónico, como deseo de crear una pequeña obra con una calidad volumétrica sorprendente. Por ello estos quioscos muestran el volumen nítido y rotundo de una pequeña arquitectura que debe resaltar sobre la calle y la trama urbana, tanto para indicar de manera rápida y directa el acceso urgente al refugio en caso de bombardeo, como, quizás, propuesta de alegato contra una tragedia que nunca debió suceder: la propia Guerra Civil.

No queda en pie ninguno de estos quioscos en el Paseo de Almería, pero pueden observarse en plaza Urrutia, en la Plaza Marqués de Heredia, en la Plaza Conde Ofalia y también en la Plaza virgen del Mar y en la Plaza Manuel Pérez García.

Fuente. Wikiloc

Bibliografía:

Almería de Bolsillo.
Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte. La ciudad de Almería.