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25 de julio de 2020

‘Ensamble Atlante’ homenajea a Tomaso Albinoni en su primer concierto en Almería

“Estamos muy contentos y emocionados por poder ofrecer nuestro primer concierto tras el confinamiento, aquí en Almería”, apuntó Ensamble Atlante […]

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“Estamos muy contentos y emocionados por poder ofrecer nuestro primer concierto tras el confinamiento, aquí en Almería”, apuntó Ensamble Atlante que con la música clásica inundaron la sala del Museo de la Guitarra Antonio de Torres. Un espectáculo de la mano del Área de Promoción de la Ciudad del Ayuntamiento de Almería que sigue reactivando las actividades en la red museística municipal. Con medidas de seguridad y aforo limitado, el público que llenó las plazas disponibles disfrutó del homenaje a Tomaso Albinoni y de las piezas de Johann Sebastián Bach.

El trío formado por Michael Form, en la flauta de pico; Juan Manuel Quintana, en viola da gamba y Julio Caballero en la clave, ofrecieron un repertorio con piezas de Albinoni: Trio Sonata IV en Sol menor; Sonata da Camera VII en Re mayor y Trio Sonata en VIII en Si menor.

La segunda parte estuvo dedicada a Johann Sebastián Bach. El grupo Ensamble Atlante, la iniciaron con Praeludio BWV 923 & Fuga BWV 951; Sonata Da Chiesa en Sol menor op. 4 y concluyeron con Trio Sonata XII en Si bemol mayor.

Son un grupo de expertos reconocidos en el mundo de la Música Antigua, que han formado un ensamble extraordinario, como se comprobó anoche en el Museo de la Guitarra de Almería.

Sobre Albinoni

Michael Form explica sobre Albinoni que es descrito como “un excelente compositor y violinista de la república de Venecia” en el Musicalisches Lexicon, de Johann Gottfried Walther, publicado en 1732. En aquella época la fama de Albinoni ya se había extendido más allá de las fronteras de Venecia e Italia. Incluso hoy en día, se le puede equiparar a figuras como Antonio Vivaldi o Benedetto Marcello, estrellas rivales de la escena musical veneciana a principios del siglo XVIII. El hecho de nacer en el seno de una familia acomodada permitió a Albinoni plantear su carrera como músico autónomo, sin limitaciones materiales. La prueba principal de su posición como dilettante Veneto es que nunca fue miembro de Arte de’ Sonadori, el gremio de músicos Veneciano y que sus actuaciones públicas como violinista virtuoso fueron muy escasas”.

Su carrera como compositor comenzó con la publicación de 12 Sonatas a tre Op.1 en 1694. Más adelante otras ocho colecciones de música de cámara y obras para orquesta fueron impresas en 1736; muchas de las cuales fueron publicadas en repetidas ediciones. Albinoni compuso además hasta dos óperas o intermezzos cada temporada musical; gozaron de tal éxito, que obras como Pimpione siguieron representándose en las escenas italianas hasta 50 años después; mucho más tiempo que la mayoría de las óperas de Vivaldi.

La fama de Albinoni incrementó la demanda de nuevas publicaciones de sus obras, lo que supuso que impresores extranjeros no solo consiguieran un beneficio lucrativo publicando ediciones pirateadas, sino que también inundaran el mercado con composiciones falsificadas. Un ejemplo es la obra Sonate da Chiesa, publicada por Estienne Roger en Amsterdam en 1708 como Opus 4, aunque Albinoni no las compuso con esa forma musical.

A pesar de todo Albinoni compartió el destino de Vivaldi, cayendo ambos en el olvido. Mientras que Vivaldi debe su redescubrimiento en el siglo XX a la aparición de una amplia colección formada por cientos de autógrafos y manuscritos, adquirida por la Biblioteca Nacional de Turín entre 1926 y 1930, el de Albinoni llegó a través de una falsificación posterior.

En 1945, el musicólogo y compositor italiano Remo Giazotti había recopilado un catálogo temático de las obras de Albinoni junto a la publicación de su estudio monográfico. A ello siguió la publicación de su propio arreglo del Adagio en Sol menor en 1958. Aunque Giazotti nunca pretendió ser el compositor de esta obra, afirmando siempre que se había basado en un fragmento original que, según él, le había proporcionado la Biblioteca Estatal de Dresde. Sin embargo la prueba que demostraría la existencia de este fragmento nunca se encontró.

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